domingo, 26 de enero de 2014

¿Entonces quién tiene razón?

  • Cuándo: primeros días de enero de 2014
  • Dónde: Balneario Blancarena, Colonia (Uruguay)
Estela.-
Una amiga encontró este animal en la playa; no lo encuentro en las guías de reptiles. Quizás sean del Paraná, se me ocurre. ¿Me ayudan a identificarla?
Salió viva del agua y la gente la mató en seguida; mi amiga dice que mediría aproximadamente un metro; ella la vio muerta ya.
ATENCIÓN: Verán diferentes respuestas, algunas coinciden en la especie, pero otras no. Podría poner solo la opinión de los especialistas, aunque tampoco tendría por que ser unánime ni exacta. 
Algunas respuestas dan más seguridad que otras. Pero el objetivo de este blog y de esta red no es simplemente llegar a un nombre científico. Se trata de compartir conocimientos, de colaborar mediante intentos y esfuerzos de estudio, de buscar juntos respuestas, y en esa búsqueda agitar y decantar conceptos y preguntas.

1. De Melita por Gabriela y Josefina.- A la pobre bicha sólo se le ve la panza
[vientre]. Igual da para ver que es una Helicops leopardinus x infrataeniatus. Seguramente bajó por el Paraná. En Entre Ríos, Corrientes y por ahí intergrada [¿hibrida?] nuestra forma (H. infrataeniatus) con la del NW de Argentina, H. leopardinus. Son culebras acuáticas que, como adaptación a esa vida, tienen los ojos bastante dorsales y son vivíparas [ver punto 3].
2. De Santiago por Franco.- Se trata de una Helicops, podría ser leopardinus o infrataeniatus. Por la coloración ventral que se ve en las fotos parece que es de arribada de Argentina y probablemente un H. leopardinus o tal vez un híbrido entre ambas especies (para eso necesitaríamos ver el individuo). Podría tratarse de un ejemplar del Paraná que estuviera viviendo en zonas cercanas a la costa y que volviera a bajar a la playa, a veces pasa. Es una culebra muy acuática, podrás ver algo sobre el género en las guías de reptiles, ya que ahí aparece nuestra especie H. infrataeniatus.
3. Sebastián.- En la guía de Achaval y Olmos (2007) le llaman culebra de agua, dice que son muy agresivas. Como defensa extrema esconden la cabeza, arrollándose sobre sí mismas, dejando solo la cola fuera. Acechan en el agua durante períodos prolongados simulando ser parte del sustrato vegetal emergente con sus bandas del vientre oscuras. Come peces, otros individuos de su especie (caníbal), ranas, sapos y renacuajos, crustáceos. No ponen huevos: paren de 5 a 22 viboreznos. 
4. Raúl.-Las fotos están medio complicadas para reconocer la especie, me parece que es una culebra del género Helicops, y muy probablemente Helicops infrataeniatus. Las fotos de la guía de Reptiles de Uruguay no muestran el vientre de esta especie, pero en general  tiene coloración amarilla y negra (aunque puede haber algunos con colores rojos, sobre todo en las que llegan en balsas de camalotes provenientes del Alto Paraná).
5. María de los Ángeles.- La víbora parece ser de las "coral”, llamadas así por las manchas de ese color. Hay varias especies bajo el mismo nombre vulgar - unas son culebras y otras son de cuidado.  En el Uruguay no se registran las coral [ver punto 6], pueden venir del norte alguna vez. Para saber si es ponzoñosa o no necesitamos ver con claridad la cabeza y la cola.  La primera es de forma triangular (como una flecha) y destaca del cuerpo. La cola termina en "cono" y también se destaca.  Las culebras empiezan en una punta (la cola) y terminan en la cabeza, pero son un cilindro más o menos parejo.  No se si queda clara la diferencia.  Tiene que ver con la alimentación.  La cabeza tiene un hueso que le permite abrir mucho la boca y tragar victimas mas grandes (al hombre no lo comen pero bien que lo matan) y la cola es lo que le permite saltar o "dar el bote" su típica forma de ataque. En un almanaque del Banco de Seguros está muy bien explicado pero no lo encuentro. La de la foto parece tener la cabeza triangular pero la cola es rara. Termina muy fina y larga, mas parece que tiene una ramita que se confunde con la víbora.  Tiene además mucha arena.
6. Sebastián.- Según la misma guía hay 3 especies en Uruguay que tienen la palabra coral en su nombre común: la víbora de coral (de ponzoña mortal), la falsa coral (de ponzoña relativamente peligrosa) y la falsa coral de hocico respingado.
7. María Inés.-He revisado la Guía de Reptiles del Uruguay, edición 2013, y no encuentro una especie que sea exactamente igual. Las especies más parecidas son: Xenodon dorbignyi (falsa crucera de hocico respingado) o Xenodon histricus (falsa coral de hocico respingado) [ambas antes del género Lystrophis]. El diseño de ambas incluye manchas rojas, pero no es el mismo que tiene esta serpiente. Puede ser que la  serpiente haya sido arrastrada por el río en restos de vegetación y no sea uruguaya.
8. Alejandro.-Inspiraba un poco de miedo por sus colores, pero qué bicho el ser humano.
Fotos: amiga de Estela.

domingo, 12 de enero de 2014

A mano y con paciencia



El clavel del aire "bueno".
24 de diciembre de 2013
Leonardo.- 

Viste el problema de los “claveles del aire” que creo que son de otro país y que matan las ramas de los arboles… No sé si existe un veneno sistémico u otro método para erradicarlo de los pobres árboles que tú sepas.

1. Sebastián: Me recuerda una entrada de 2009 (blog) de un trabajo de un club de ciencias: Tillandsia recurvata: un problema y una solución
2. Águeda: Mis colegas del departamento Forestal me han dicho que es natural en el norte argentino, que fue traído como ornamental pensando que se comportaría como el nuestro, y que se hizo plaga.  No han conseguido financiación para investigar los factores de regulación natural que tiene en su zona de origen.
Se ha observado, también por parte de colegas del Servicio de Áreas Verdes que se desarrolla sobre los árboles que están más débiles y los termina matando. Además no es parásito.  Esto me dice que la mejor forma y más racional por ahora de combatirlo es vigorizando las plantas y eliminándolo a mano dentro de lo posible.
Las plantas las podemos vigorizar con podas de rejuvenecimiento, sin necesidad de fertilizantes ni químicos de otro tipo.  
No es racional aplicar herbicidas (ambiental y ecológicamente hablando) y menos si nos referimos a aplicaciones aéreas y en áreas de recreación. 
Ojalá se pueda dilucidar los factores de regulación natural para tratar de promoverlos y que no se desarrolle tanto como hasta ahora.  Crece hasta en los cables de teléfono!!!
3. Estela: Hace muchos años, cuando yo estudiaba en el jardín Botánico, esta Tillandsia ya era un problema en los árboles de la ciudad. Recuerdo el ombú de Bv. España [Montevideo] totalmente cubierto... En ese momento, la única solución era manual, porque los sistémicos afectan a la planta invadida.
4. Vivian y Franco: ¿Matan las ramas? Creo que esa afirmación es un error.
5. Sebastián: Sí, para ser precisos, los claveles de aire se afirman a las ramas pero no le chupan savia ni segregan o inoculan sustancias tóxicas. No son parásitas en ese sentido estricto.
Pero sí perjudican al árbol en el que viven. ¿Cómo? la respuesta la trae...
6. Martín: Las Tillandsia o claveles del aire (Bromeliaceae, parientes del ananá) no son malezas parásitas como las nativas Tripodanthus (Lorantaceae), Cuscuta (Cuscutaceae) o Pilostyles (Apodanthaceae), no contactan mediante ningún haustorio con el floema del hospedante (ni con su medio interno) sino que son epífitas y perjudican al hospedante por interferencia y no por parasitismo. 
Sebastián: O sea, no tienen ningún "órgano" con el cual alimentarse de la savia del árbol sobre el cual viven, pero igual pueden perjudicarlo.
Sigue Martín: No valen los tóxicos sistémicos porque éstos circulan por el floema y tienen efecto espectacular contra los Homoptera (pulgones, cochinillas, etc.), es decir, son insecticidas sistémicos contra plagas.
Suelen recomendarse herbicidas cúpricos [con cobre] para su control químico, pero como bien indica la Prof. Vivian Cuns, existen riesgos para el hospedante y razones ambientales de por medio. Las veces que uno -y cualquier colega- que tuvo que prescribir un tratamiento, no queda mejor alternativa -muy costosa y engorrosa- que la cuidadosa remoción manual de los claveles del aire.
Un animal puede ser plaga, un vegetal puede ser maleza, nunca una planta es plaga. Ni un animal maleza (obviamente).
7. Sebastián: Encontré un artículo de prensa de El Litoral de Santa Fé (Argentina), marzo de 2009, titulado “El clavel del aire no seca los árboles”. En ellitoral.com
8. Martín: No los seca, pero genera interferencia con la fotosíntesis y la tasa de crecimiento o desarrollo del hospedante. Por ejemplo, el ombú de Bulevar España o el de Ramón Anador mejoran significativamente su follaje cuando les remueven las Tillandsia.
9. Luciano: No tengo experiencia en el tema pero mis conocimientos de biología (sobre lo cual tuve que leer bastante para mi tesis de grado) me dicen que echar veneno es siempre la PEOR OPCION. Creemos que está controlado pero una vez que lo insertamos en la red trófica indefectiblemente le va a llegar a muchos más organismos que la simple planta pudiendo llegar incluso hasta nosotros, los niños que jueguen en ese jardín y nuestras queridas mascotas (y ni qué hablar de toda la vida silvestre de la vuelta)...ahh y por supuesto que contaminará las fuentes cercanas de agua. Definitivamente el veneno debe ser la última opción.
Como propuesta le sugeriría la poda con paciencia, intentando cortar todo lo que se pueda, incluso si se pudiera eliminar del todo, o en su defecto ir controlándolo cada tanto (esto dependerá de la tasa de crecimiento, lo cual debería ser investigado por el interesado). Ya sé que es la menos práctica de las opciones, siempre es más rápido poner una pastilla, pero si queremos hacer las cosas bien debemos tomarnos el tiempo necesario (ejemplos sobran de cómo hacer las cosas mal y rápido).
10. Martín: Segunda respuesta: hay Tillandsia nativas y -si no me falla la memoria- es un género Neotropical (trópico, subtrópico y zonas templadas americanas). El clavel del aire común es Tillandsia aeranthos. El epíteto específico "aeranthos" justamente significa en griego antiguo "flor aérea".
11. Sebastián: ¿Y Tillandsia recurvata? ¿Es sinónima de T. aeranthos o es otra especie? ¿T. recurvata hay acá? ¿Conviven en Montevideo?
12. Martín: Es otra especie, naturalizada en Uruguay, y creo que genera iguales o mayores problemas de interferencia que la otra; ambas conviven aún en el mismo árbol.
13. Luciano: Leyendo lo que mandaste de T. recurvata me di cuenta que me habia confundido con el "jazmin del aire". Mucho más fácil aún, el clavel del aire se elimina facilmente, el unico problema es que alcanza alturas complicadas. De todas formas estoy 90% seguro que son nativas, por lo que en ese caso no sé si es buena opción eliminarlas
13. Sebastián: Estaba en mi jardín cuando pasó alguien por la vereda y me señaló un clavel del aire sobre
El clavel del aire "malo"
una rama de mi espumilla rosada, como delatando al culpable: "ese es parásito", me dijo como advertencia. Su esposa paisajista le aseguró que chupa savia. 

Me doy cuenta de que el tema del "clavel parásito" está bastante presente en el saber de la gente. Se me ocurren 2 asuntos conceptuales interesantes. 1) Decimos: "esta planta no es parásita, es epífita". Pero una planta puede ser ambas cosas a la vez, ¿no? Además, hay un concepto digamos estricto de parasitismo (se alimenta directamente de) y otro concepto amplio (lo perjudica mientras se beneficia). 
Y 2) ¿Si es nativo no perjudica? ¿No es necesario controlar especies nativas?
14. Sebastián: Libro Biodiversidad del Uruguay de DE LEÓN & GASDÍA, página 141: "Existen numerosas especies de plantas epífitas comensalistas... Los árboles, que sostienen epífitas nativas, generalmente no son perjudicados por ellas. Se ha registrado que algunas especies epífitas no nativas pueden perjudicar el árbol que la sostiene. Por ejemplo, el calvel del aire cordobés (Tillandsia recurvata), de aspecto similar al clavel del aire autóctono pero de mucho menor tamaño, puede formar poblaciones de gran tamaño sobre un solo árbol o varios árboles de un bosque, perjudicando el desarrollo de los brotes aunque no se trata de una especie parásita".   
Fotos: Sebastián